¿Por qué el Padre Nuestro es tan importante?

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Padre Nuestro

Como lo dijo un teólogo, la oración es el alimento de la fe. Los cristianos han buscado la mejor manera de alimentar su fe ya desde que los primeros discípulos le pidieron a Jesús, “Señor, enséñanos a orar”. Jesús ofrece gran cantidad de consejos sobre cómo orar en otros lugares: ora en secreto y sin llamar la atención; reza en grupo sobre todo cuando necesites apoyo espiritual; ora con frecuencia, brevemente, y sin exceso de palabras elegantes. Pide lo que necesites y lo obtendrás. Reza cuando te enfrentes a malos espíritus y a casos difíciles. Estate atento y alerta en oración en las ocasiones en que el miedo pueda debilitarte.

Jesús también ofreció parábolas sobre la oración eficaz. Reza con humildad y honestidad, como el recaudador de impuestos, más que como el engreído fariseo. Persiste en la oración, como la viuda ante el juez. Perdona a tu hermano o hermana antes de presentar tu ofrenda en el altar. Por último, Jesús les da a sus insistentes amigos una oración que ofrece todas estas cosas. Los primeros cristianos la encontraron tan útil que se les urgía a decirla tres veces al día en el libro de enseñanza de los apóstoles conocido como Didache, a finales del siglo uno. Hoy, el Padre Nuestro también se reza en cada misa en la Liturgia de las Horas, durante el Rosario y en otras muchas devociones.

Tertuliano, uno de los primeros padres de la iglesia, llama al Padre Nuestro el resumen perfecto de la totalidad del evangelio. El corazón de la oración es una invitación a Dios para que la venida del reino sea una realidad presente. El cumplimiento de ese reino es el fin de toda necesidad, por lo que rezamos por lo que los mortales más necesitan: provisiones, perdón y protección. La oración comienza con declaraciones de “tú” y termina con peticiones de “nosotros”. Esto tiene sentido porque los fieles deben comenzar por someterse a la voluntad de Dios antes de podamos anticipar su cumplimiento en nuestras necesidades actuales. La voluntad de Dios primero; luego la nuestra.

Las peticiones no implican que Dios deba ser informado de lo que necesitamos. Más bien expresan nuestra confianza en que Dios atenderá nuestras necesidades. Jesús nos enseña a comenzar nuestra oración de manera íntima, llamando a Dios con la familiaridad de un niño. Conocer el Santo Nombre de Dios supone intimidad: en el mundo antiguo, tal conocimiento te daba una posición ventajosa en una relación. Invocar la realización del reino “así en la tierra como en el cielo” trae la voluntad de Dios directamente a la experiencia humana. Todo en esta oración invita a Dios a llevar este mundo cada más en consonancia con la nueva creación prometida en Jesús.

Escrituras
Mateo 5:44; 6:9-13, 33; 7:7; Marcos 9:29; 14:32-38; Lucas 11:1-13; 18:1-14; Juan 12:27-28

Podcast
The Lord’s Prayer; a presentation by Father Dennis Hamm on the meaning of the Lord’s Prayer

Libros
The Greatest Prayer by John Dominic Crossan (HarperOne, 2010)
The Three Greatest Prayers: Commentaries on the Lord’s Prayer, the Hail Mary, and the Apostles Creed by Saint Thomas Aquinas (Sophia Institute Press, 1998)


Reprinted with permission from PrepareTheWord.com. ©TrueQuest Communications.

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