Si le preguntaras esto a un erudito de la iglesia, el peso de siglos de escritos hechos por papas y concilios, santos y doctores de la iglesia caería sobre tu cabeza. Afortunadamente le estás preguntando a una simple catequista. Así que déjame decir que el argumento más persuasivo viene de San Efrén, un escritor de canciones de la Siria del siglo cuatro, que escribió una pequeña melodía sobre la Eucaristía:

“Él llamó al pan su cuerpo viviente
y lo llenó con él mismo y su Espíritu.
Aquél que lo coma con fe,
come fuego y Espíritu.”

A medida que compartimos la misa con regularidad, nos convertimos en “comedores de fuego”, de acuerdo a San Efrén. Cuando Jesús dice ”haced esto en conmemoración mía”, no está pidiéndonos que lo recordemos en una forma sentimental. La Eucaristía no es un guardapelo que usemos alrededor del cuello. Somos lo que comemos. ¡Participamos en la vida de Cristo, Cuerpo y Sangre, Espíritu y Fuego! En un mundo frío y cruel, ¿por qué visitar el fuego de vez en cuando, si te puedes convertir en el fuego y llevar su tibieza y luz a todos los que encuentres?

Pero no nos convertimos en “comedores de fuego” solamente por dejarnos ver en la misa. El Concilio Vaticano II, en su documento Constitución de la Sagrada Liturgia, establece la materia con la debida determinación: “La Santa Madre Iglesia desea ardientemente que todos los fieles sean guiados a esa plena, consciente y activa participación en las celebraciones litúrgicas que demanda la naturaleza de la misma liturgia. Tal participación de parte de los cristianos como ‘linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido’ es su derecho y obligación en virtud del bautismo (núm. 14). Plena, consciente y activa participación involucra más que cantar, rezar y recibir la comunión. Requiere un entendimiento cada vez más profundo del misterio al que estamos entrando. Como en cualquier otra relación, no obtienes esto en la primera cita, o si apareces y desapareces de la escena.

Nuestra celebración promueve una relación genuina puesto que “es Cristo quien habla” en la escritura proclamada en la misa, como nos recuerda en su carta apostólica Dies Domini (núm. 39) el papa Juan Pablo. En su carta encíclica Ecclesia de Eucharistia también escribe: “La iglesia nació del Misterio Pascual. Justo por esta razón la Eucaristía . . . permanece al centro de la vida de la iglesia” (núm. 3). Hay también una dimensión cósmica: “Porque aunque sea celebrada en el humilde altar de una iglesia rural, de alguna forma la Eucaristía siempre es celebrada en el altar del Mundo” (núm. 8). No te la pierdas.

Escrituras

Mateo 26:26-30; Marcos 14:22-26; Lucas 22:14-20; Juan 6:34-35; 1 Corintios 11:23-26; Hebreos 9:11-28; 1 Pedro 2:9; cf. 2:4-5

En línea
Constitution on the Sacred Liturgy (Sacrosanctum Concilium)

Libros
Eucharist by Father Robert Barron (Orbis Books, 2008)
The Eucharist and the Hunger of the World by Monika K. Hellwig (Sheed and Ward, 1992)


Reprinted with permission from PrepareTheWord.com. ©TrueQuest Communications.

| ➕ | ➕

More questions...and responses

0 Site Comments

Facebook Comments

Sponsors
Sponsors

SOCIALIZE

Follow Us

CALENDAR

Click on a date below to see the vocation events happening that day!